El confinamiento a causa de la contingencia sanitaria por la COVID-19 no sólo ha reducido la calidad de vida de las personas, interrumpido sus actividades rutinarias, de socialización y de esparcimiento, sino que también ha trastocado la actividad económica mundial en lo que va del 2020.
Los efectos de la pandemia se han manifestado tanto por el lado de la oferta como por el de la demanda. En cuanto al primero, la reducción de la actividad económica como consecuencia de las medidas sanitarias para reducir el contagio de la enfermedad —tales como el paro de actividades económicas—2 afectó y continúa afectando a sectores puntuales que están relacionados con el comercio minorista, restaurantes y hoteles, así como actividades de entretenimiento masivas. Respecto de la demanda, se hace referencia a los efectos económicos provocados por la reducción en el ingreso de los hogares durante abril como consecuencia de la baja en la actividad productiva.
Los principales resultados indican que, durante dicho mes, alrededor de 32.9 millones de personas de 18 años o más con acceso telefónico formaban parte de la población ocupada; y que, aproximadamente, 20 % de dicho grupo estaba en suspensión de actividades por la COVID-19 —una cifra que equivale a 6.7 millones de personas.
Con el objetivo de dimensionar el impacto económico de la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2 en la demanda, se utilizan los multiplicadores de precios fijos, los cuales consideran el mecanismo del flujo circular de la renta, calculados por Ayala, Chapa y Ramírez (2020), siguiendo la metodología propuesta por Pyatt y Round (1979). Asimismo, para aproximar el choque inicial, se asume que las y los trabajadores en suspensión temporal de actividades reportados por la ECOVID-ML no percibieron un sueldo durante abril. El principal resultado indica que el impacto no es despreciable: asciende a 7.0 % del valor agregado bruto (VAB) del mes de abril de 2020.
Características sociodemográficas de la población ocupada en abril de 2020 en México
En este apartado se analizan las características sociodemográficas de la población ocupada, de 18 años o más, usuaria de teléfono, así como de la subpoblación que se encuentra en suspensión temporal de actividades por causa de la contingencia por la COVID-19, haciendo énfasis en las diferencias detectadas por género. Esto se realiza a partir del análisis de los microdatos de la ECOVID-ML, que fue levantada entre el 23 y el 27 de abril de 2020 y que proporciona resultados representativos a nivel nacional.
Según dicha encuesta, el total de la población de 18 años o más y con acceso telefónico se ubica en 68.2 millones de personas, de las cuales 45.5 % es hombre y 55.5 % es mujer. De este mismo grupo, 48.2 % está ocupado, 3.0 % desocupado, 20.0 % disponible para trabajar y el resto está no disponible.
A su vez, la población ocupada (48.2 %) está constituida por 32.9 millones de personas; de las cuales, 62.3 % es hombre y 37.7 % es mujer; 73.4 % es remunerado y 26.6 % es trabajador o trabajadora independiente o sin pago; y 52.8 % cuenta con acceso a instituciones de salud. En cuanto a escolaridad, este grupo se concentra en tres niveles: preparatoria o bachillerato (26.9 %), secundaria (25.2 %) y licenciatura o normal con licenciatura (25.0 %). Asimismo, 41.3 % labora en el sector servicios, 18.1 % en el sector comercio y 16.5 % en la industria manufacturera, principalmente (Tabla 1).
Alrededor de 20 % de la población ocupada de 18 años o más, usuaria de teléfono, se encontraba en suspensión de actividades por la COVID-19 durante abril; esto es, 6.7 millones de personas, de las cuales, 40.7 % es mujer y 59.3 %, hombre. Asimismo, de esta población ocupada, 96.4 % era trabajador o trabajadora subordinado y remunerado; 70.3 % contaba con acceso a instituciones de salud, la mayoría tenía escolaridad de preparatoria, secundaria o licenciatura (suman 77.1 %), y laboraba principalmente en el sector proveedor de servicios (41.7 %) y manufactura (25.8 %)
Las mujeres tienen menor capacidad de ahorro, y por ello, dedican una mayor parte de sus ingresos a la compra de bienes y servicios.
Al comparar las características generales de la población ocupada y de la subpoblación de las y los trabajadores ausentes temporales, se identifica que estos últimos son más propensos a ser asalariados, con acceso a instituciones de salud y trabajar en el sector manufacturero.
Las mujeres tienen menor capacidad de ahorro, y por ello, dedican una mayor parte de sus ingresos a la compra de bienes y servicios.
Metodología
Para calcular el impacto en el VAB del mes de abril en la economía mexicana, generado por la posible baja en el ingreso de las y los trabajadores remunerados, se requirieron dos elementos: aproximar la caída inicial en el ingreso (choque inicial) y establecer un modelo plausible para cuantificar el impacto a través de todo el sistema económico.
Posible caída en el ingreso laboral
Al interpretar la información provista por la ECOVID-ML, se asume que las y los trabajadores ocupados que declararon estar en suspensión temporal de actividades en abril experimentaron una reducción de ingresos. En este caso, dado que no se cuenta con información del porcentaje de reducción de sus ingresos y con el fin de tener una primera aproximación del impacto en la generación del VAB, se asume que los ingresos de estas personas se redujeron a cero en dicho mes.
Como está documentado, en México existe discriminación salarial, y el ingreso promedio de las mujeres, aun en igualdad de circunstancias, es menor al de los hombres (Chapa y Ayala, 2018). Por ello, el ingreso promedio mensual se calcula según el género y para siete sectores económicos; esto con base en los microdatos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del primer trimestre de 2020 del Inegi (ENOE 2020), para la población de 18 años o más, que sería la situación inicial antes de la contingencia sanitaria.
En la Tabla 2 se muestra el salario promedio, la cantidad de trabajadores y trabajadoras en suspensión temporal de actividades y el impacto inicial en el ingreso de las mujeres y de los hombres por sector económico. Nótese que, según los datos que proporciona la ENOE 2020, el ingreso promedio de las mujeres fue de 4,561 pesos, en tanto que el de los hombres fue de 5,893 pesos, a precios de 2020; de tal forma que en el primer trimestre de 2020, el ingreso mensual de los hombres es 29.2 % mayor al de las mujeres.3
La estimación del impacto inicial en el ingreso de las y los trabajadores se calcula por sector económico, y en el agregado es el resultado de multiplicar el ingreso promedio por la cantidad de trabajadores en suspensión temporal de actividades. De esta forma, la caída en el ingreso de las mujeres se cuantifica en 12,764.8 millones de pesos, mientras que el de los hombres se estima en 22,792.5 millones de pesos; lo que representa 0.7 % y 1.2 %, respectivamente, del VAB promedio mensual del primer trimestre de 2020.
*Nota: El 1 % de la cantidad de trabajadores y trabajadoras en suspensión temporal de actividades no está siendo considerado debido a que no se tiene identificado el sector económico donde labora.
Multiplicadores de precios fijos
Se propone utilizar los multiplicadores de precios fijos que calcularon Ayala, Chapa y Ramírez (2020), el cual sigue la metodología propuesta en el artículo seminal de Pyatt y Round (1979).4 Estos multiplicadores consideran el flujo circular de la renta, por lo que capturan el efecto de la reducción de ingresos a través de toda la cadena de generación de producción por el lado de la demanda. La reducción en el ingreso provoca la disminución en la demanda de bienes y servicios, lo cual a su vez repercute en la producción de los sectores económicos, quienes, por su parte, reducen su compra de insumos intermedios, la contratación de trabajadores y renta de capital, lo cual, a su vez, impacta de nuevo en el ingreso de las familias, iniciando de nuevo el proceso hasta que converge (Esquema 1).
Ayala, Chapa y Ramírez (2020) formularon un modelo de multiplicadores de precios fijos para la economía mexicana del año 2008, el cual considera las relaciones de ingreso-gasto entre 31 sectores económicos, ocho tipos de trabajadores (diferenciados por su posición en la ocupación y el sexo), un tipo de capital privado y 10 tipos de hogares diferenciados por el decil de ingreso al que pertenecen. Esto es, reportan multiplicadores de precios fijos para las mujeres y los hombres ocupados, diferenciados según el tipo de ocupación: asalariados, empleadores, cuenta propia y trabajadores sin pago.
En este sentido, para los fines de este estudio, el multiplicador que corresponde al caso de las mujeres ocupadas se calcula mediante el promedio de los multiplicadores de precios fijos de asalariadas, empleadoras, cuenta propia y trabajadoras sin pago, realizando la misma aproximación para el caso de los hombres ocupados. Es importante mencionar que la aplicación de estos modelos permite identificar cuáles son los sectores económicos y los deciles de ingreso más afectados por la caída en la demanda.
Para el caso de las mujeres ocupadas, el multiplicador de precios —sobre el VAB de México— asciende a 3.689 y el de los hombres a 3.686. Aunque la generación de valor agregado en el país se concentra en los hombres, en el caso de las mujeres el multiplicador es ligeramente mayor debido a que, en el margen, tienen menor capacidad de ahorro, y por ello, dedican una mayor parte de sus ingresos a la compra de bienes y servicios, lo que potencia al multiplicador.
En el contexto de este estudio, el multiplicador de precios fijos que le corresponde a las mujeres se interpreta de la siguiente manera: ante una reducción de un peso en el ingreso de las mujeres ocupadas, el VAB generado en la economía de México se reduce en 3.689 pesos, tomando en cuenta el mecanismo del flujo circular de la renta. Una interpretación similar corresponde al multiplicador de precios fijos de los hombres.
Impacto económico de la posible reducción de ingresos
La contingencia sanitaria ha provocado una reducción en la actividad económica por dos vías: en la oferta, las decisiones de las autoridades de decretar el paro de actividades en sectores específicos considerados como no esenciales, o bien, proclives a un contagio masivo; y en la demanda, pues al reducirse los ingresos de las personas, éstas reaccionan disminuyendo su demanda de productos, lo cual impacta en la producción del país y la generación de valor agregado.
La contingencia sanitaria ha provocado una reducción en la actividad económica por dos vías: en la oferta, las decisiones de las autoridades de decretar el paro de actividades en sectores específicos considerados como no esenciales, o bien, proclives a un contagio masivo; y en la demanda, pues al reducirse los ingresos de las personas, éstas reaccionan disminuyendo su demanda de productos, lo cual impacta en la producción del país y la generación de valor agregado. En este apartado se realiza un ejercicio para cuantificar el posible impacto de la crisis por la COVID-19 en la demanda, durante el mes de abril, mediante la aplicación de los multiplicadores de precios fijos.
La reducción en el ingreso que perciben las mujeres provocó un impacto negativo en la producción sectorial mensual, que va de -0.1 % (Construcción) hasta -5.0 % (Fabricación de prendas de vestir, Curtido y acabado de cuero y piel y Fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos y Servicios educativos). El efecto sobre el ingreso de los diferentes tipos de hogares es muy similar, va de -2.1 % (décimo decil) a -2.6 % (octavo decil). El impacto general de la baja en el ingreso de las mujeres sobre el VAB del mes de abril es de -2.1 %.
En el caso de los hombres, el efecto es mayor. La producción sectorial mensual se reduce desde -0.1 % (Construcción) hasta -11.7 % (Servicios educativos y Fabricación de prendas de vestir y Curtido y acabado de cuero y piel y Fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos). El impacto sobre el ingreso de los hogares va de -5.2 % (décimo decil) a -5.8 % (séptimo decil). El efecto de la baja en el ingreso de los hombres sobre el VAB del mes de abril fue de -4.9 %. De esta forma, el impacto total sobre el VAB de dicho mes fue de 7.0 %, sumando el impacto en el VAB, derivado de la reducción del ingreso que perciben tanto mujeres como hombres.
Baja en los ingresos
2.1 % mujeres
4.9% hombres
Tabla 3. Principales impactos en el mes de abril de la reducción en el ingreso
de las mujeres y hombres ocupados por la crisis de la COVID-19
Conclusiones
La ECOVID-ML permite tener una panorámica de la situación del mercado laboral en el primer mes de la contingencia por la COVID-19 en México, cuando tuvo lugar el confinamiento más severo.
Debido a que no se cuenta con una medida de en cuánto se redujo el ingreso de estos trabajadores y trabajadoras, se asume el caso extremo de que en el mes de abril no percibieron sueldo, llegando a una estimación de una caída en el ingreso de las mujeres y de los hombres equivalente al 0.7 % y al 1.2 % del VAB mensual promedio del primer trimestre de 2020, según corresponde.
La baja en el ingreso se introduce en el modelo de multiplicadores de precios fijos para aproximar el impacto en el VAB del país ante el choque de demanda que representa la crisis sanitaria. La aplicación de este modelo es plausible dado que es de corto plazo y asume precios fijos, por lo que es idóneo para estimar los efectos inmediatos.
Se identificó que 20 % del personal ocupado, de 18 años o más, usuario de teléfono, se encontraba en una situación de suspensión temporal de actividades
Los resultados indican que los Servicios educativos, la Fabricación de prendas de vestir y Curtido y acabado de cuero y piel, y Fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos y los Servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas son los sectores económicos que se ven más afectados por el choque de demanda generado por la COVID-19, mostrando caídas en su producción de entre 15.0 % y 17.0 %.
Si bien el modelo permite cuantificar el impacto por deciles de ingreso, el efecto no difiere en gran medida entre los diferentes tipos de familias. No obstante, merece la pena notar que, en términos relativos a su ingreso, el décimo decil es el que se ve menos afectado, posiblemente porque se analizan los efectos de reducir el ingreso laboral y este tipo de familia depende en gran medida de los ingresos por renta de capital.
En cuanto al lado de la demanda, el impacto económico por la baja en los ingresos de las mujeres y los hombres ocupados representa 2.1 % y 4.9 % del VAB mensual, respectivamente.
Es importante alertar a las y los lectores que esta estimación resulta de asumir un caso extremo, donde todas las personas empleadas con suspensión temporal en abril no recibieron su salario en ese mes. Sin embargo, el cálculo no es exagerado, porque generalmente los salarios promedio, derivados de la ENOE, están subestimados como consecuencia de la subdeclaración de ingresos.
Referencias
Ayala, E., J. Chapa y N. Ramírez (2020). Poverty impact of Mexico’s social programs: An Extraction simulation. Documento de Investigación, Tecnológico de Monterrey y Universidad Autónoma de Nuevo León.
Ayala, E. y J. Chapa (2020). El súbito freno de la economía a causa del COVID 19: Un ejercicio sobre su posible impacto inmediato. Indicadores del Entorno Económico. Centro de Investigaciones Económicas, Universidad Autónoma de Nuevo León. Abril 2020. Pp. 5-9.
Banco de México (2020a). Estimación Ex-Ante del Impacto de la Pandemia de COVID-19 sobre la Actividad Económica en México. Extracto del Informe Trimestral, Enero-Marzo 2020, Recuadro 2. Mayo 2020. Pp. 31-35.
Banco de México (2020b). Empleo formal ante la Pandemia de COVID 19. Extracto del Informe Trimestral, Enero-Marzo 2020, Recuadro 3. Mayo 2020. Pp. 38-42.
Chapa, J. (2020). Impacto económico del COVID 19 en las regiones de México. Ciencia UANL. Año 23. Número 102. Julio-agosto 2020. DOI: Ver fuente
Chapa, J. y E. Ayala (2018). Valoración del trabajo y equidad de género en México, México: Pearson. Pp. 208.
Pyatt, G. y J. Round (1979). Accounting and Fixed Price Multipliers in a Social Accounting Matrix Framework. The Economic Journal. Vol. 89. No. 356. Pp. 850-873. doi:10.2307/2231503
Notas
- Agradecimiento a Bricelda Bedoy Varela, coordinadora de Investigación del Centro de Investigaciones Económicas, Facultad de Economía, UANL, por su asistencia técnica.
- La emergencia sanitaria fue decretada el 30 de marzo de 2020 por el gobierno federal. Por lo tanto, en abril inició el paro de actividades y el confinamiento, los cuales se prolongaron hasta el 30 de mayo.
- Esta brecha salarial no está controlando por la diferencia entre hombres y mujeres por características como la edad, experiencia, tipo de ocupación, estrato sociodemográfico, entre otros. Cabe comentar que la ENOE presenta una subdeclaración de ingresos, por ello, el salario promedio puede resultar bajo.
- El modelo de multiplicadores de precios fijos se formula a partir de las relaciones inherentes en una matriz de contabilidad social. El modelo es de carácter estático y asume: propensiones marginales a consumir fijas, precios fijos o capacidad ociosa y producción lineal (los insumos intermedios y los factores primarios son complementarios).