Tres opciones de manejo de agua residencial ante la crisis hídrica en México
Por Magaly Villareal Páez La autora es arquitecta y maestra en Valuación por la UANL. Ha sido asesora energética por más de una década y actualmente es directora general de la Alianza por la Eficiencia Energética–ALENER. Puede ser contactada en el correo electrónico: arq.magaly.villarreal@gmail.com Entre las amenazas físicas que vulneran en extremo la vida y, por lo tanto, los asentamientos humanos rurales o urbanos, la escasez de agua es, por mucho, uno de los mayores retos a enfrentar ante la crisis hídrica y climática que vivimos en México y en el mundo. Aunque la solución pareciera estar en manos de los gobiernos y organismos encargados del tema, la realidad es que no debemos subestimar el valor de las acciones individuales, familiares y de las comunidades en las que vivimos. Nuestros esfuerzos suman y existen opciones a nuestro alcance para generar cambios importantes y reducir la vulnerabilidad a la que nos enfrentamos. El compromiso es y debe ser de todos. El agua es por excelencia el elemento vital de nuestro planeta y de nuestra vida, tiene influencia en todo lo que somos y hacemos; desde el agua que bebemos diariamente, la que se requiere para la producción de alimentos, la generación de energía, la producción industrial, entre muchas otras más. “Sin embargo, hay múltiples crisis hídricas que se manifiestan en todo el mundo, con demasiada agua, muy poca o demasiado contaminada” (WBG, 2023). Recientemente en México hemos empezado a escuchar referencias sobre la inminencia de la llegada del “día cero”, momento en el que una ciudad se